Un ejemplode escrito de Idelfonso


Un tiempo atrás fui invitado a dictar una conferencia.  Les comparto esta conferencia para que vean el estilo de redacción que usé.  Mis saludos.


Niños y Jóvenes Azules; un desafío docente a medio entender

Idelfonso Moreno, Ph. D.
iiimoreno@yahoo.com

Ya iniciado el nuevo milenio ─ el tercero en la historia reciente de la humanidad ─ cada persona debe sentirse alegre y feliz porque son muchos los beneficios y bendiciones que estamos disfrutando.  Hasta no hace mucho, en el calor de la víspera del milenio, se habló y se escribió en abundancia sobre lo que estaría aconteciendo en este nuevo tiempo.  Sólo han pasado diez (10) años y da la impresión que se olvidó las polémicas y controversias sobre el tercer milenio, cuando éste apenas acaba de comenzar.  Se ha retornado a lo cotidiano.  En los días en que se debatía sobre el tercer milenio había todo tipo de ideas y pensamientos eruditos. Se hablaba de las conocidas tecnologías de punta, del cambio climático global, de las telecomunicaciones y de la información.  También se hablaba de las hambrunas, de las guerras, de las nuevas alianzas entre países y otras temáticas parecidas.  En el presente se sigue hablando de lo mismo pero con menos euforia.  Esta situación permite que otras temáticas, no tan nuevas pero menos estudiadas, puedan ser traídas para ser escrutadas.  Aprovecho pues esta ventaja del presente para iniciar una conversación sobre niños y jóvenes azules.  Esta no es una temática joven; es un asunto de décadas que se dinamizó a finales del Siglo XX y que ineludiblemente no se puede desechar.  Es un asunto que podría ser tirado a la papelera por otros profesionales y otros entornos institucionales, pero no puede ser desechado rápidamente por los educadores ni por las escuelas contemporáneas.
 
Lo de azul, así se ha aceptado, se refiere a que estos seres humanos, hombres y mujeres, poseen un aura de color azul o azulado.  El aura, por otro lado, se refiere al campo de energía / luz que rodea a las personas y que es emitida por el propio cuerpo.  En la literatura también aparece registrada la expresión niños índigos como sinónimo de niños o jóvenes azules.  El índigo es el color del añil.  Y el añil, al menos en nuestro medio nacional, se puede adquirir en algunos negocios.  Usualmente viene en pequeños trozos o porciones.  Puesto en agua, el añil torna azulada a ésta.  Este escrito no es sobre el aura de las personas o seres humanos.  Simplemente les invito a que examine la extensa literatura que existe sobre ésta en las redes electrónicas de distribución de información.  Creo que se asombrará de todo lo que allí encontrará.  Solamente anoto que el aura es una cuestión que ha sido observada y estudiada por las culturas y civilizaciones del planeta desde tiempos prehistóricos.  Se sabe, por ejemplo, que las personas con estados precarios de salud, muestran un aura opaca, angosta y debilitada.

Uno de los comportamientos, históricamente manifestado por los científicos, ha consistido en categorizar a las plantas y animales.  Por ejemplo,  a las personas se les ha categorizado de acuerdo a la inteligencia.  Uno de los problemas que tienen este tipo de categorizaciones y ciencias es que ellas no contemplan a los niños y jóvenes azules.  Simplemente no los consideran porque cuando tales teorías y modelos fueron establecidos, la discusión sobre los niños y jóvenes azules era un hecho no dado.  Si usamos estas teorías, modelos y enfoques para encontrar respuestas a nuestras preguntas sobre la estirpe azul, nos encontraremos con un vacío.  Ellas no fueron pensadas para dar estas respuestas.  No obstante, es posible que se encuentre con insostenibles especulaciones.   Por ejemplo, algunos han querido resolver la carencia teórica y falta de visión, expresando sin ninguna sustentación que los niños y jóvenes azules son simplemente niños hiperactivos.

Los niños y jóvenes azules no pueden ser clasificados como hiperactivos, como genios o como brillantes.  Son simple y llanamente la estirpe azul.  No se les puede etiquetar con las palabras conocidas.  Tratar de encontrar semejanzas con otras clasificaciones y categorías es caminar al desastre.  No hay clasificación en la que encuentren el espacio justo  ¿Qué son los niños y jóvenes azules?  Bueno, son niños y jóvenes, algunos quizás llegando a la temprana adultez, que nacen y viven en forma muy parecida a las demás personas que habitan este planeta, pero que tienen una misión y un destino preciso, ayudar a resolver los enormes problemas de la humanidad.  Aunque usted use la mejor lupa científica no los encontrará.  Ninguno / Ninguna tiene un cintillo o etiqueta en que se pueda leer yo soy un joven azul. Si los educadores empezamos a buscar a los niños y jóvenes azules, estaremos enrumbándonos hacia estados de locura.  Y bien locos terminaremos todos.  No se trata de encontrar la estirpe azul.  Lo más seguro es que jamás sepamos que en nuestra aula, a lo mejor, tuvimos uno / una.  Se trata de estar preparados para tener la prudencia y el amor suficiente para relacionarnos con los niños y jóvenes que pudieran mostrar algunas características de la gente azul.  Quizás, ni los mismos jóvenes azules, en tiempo determinado, sepan que pertenecen a la estirpe.  Por allí, en los escritos puestos en las redes, encontrará a padres de familia, expresando que ellos tienen un hijo o una hija azul.  Esta es muy mala literatura.  Tal vez, ni los padres sepan que tienen un azul en casa; esto no es lo más importante.  Lo valioso es que existen, están por aquí y por allá, y que son un obsequio muy hermoso.

Si empezamos a usar la inteligencia para caracterizar a los jóvenes azules, habría que concluir de inmediato que son inteligentes, muy inteligentes.  No obstante, además de inteligencia, tienen diferencias altamente significativas en término de los dones en que se distinguen.  Unos tendrán algo sumamente especial que no tienen otros u otras.  Por ejemplo, un azul podría ser una persona dotada para ayudar a resolver posibles eventos naturales catastróficos; otro podría tener habilidades especiales para poner a negociar a grupos en conflicto y preparados para la guerra, la destrucción y la muerte.  Como la tarea central de la estirpe azul es contribuir a encontrar soluciones auténticas a los problemas presentes de la humanidad, algunos dones estarán más presentes que otros.  Los dones para resolver cuestiones como la adecuada alimentación de la humanidad y la prevención de enfermedades y epidemias, se copiarán en muchos jóvenes azules.  Sin embargo, quizás, dones más vinculado con las artes, por no estar directamente e inmediatamente relacionados con la supervivencia de la humanidad, a lo mejor, pudieran estar menos presentes en la estirpe.  Hoy tenemos azules en las universidades, ya sirviendo y trabajando en sus misiones.  También los hay en la educación media. Y, así se acepta, existe un extenso número en las escuelas primarias y muchos otros a punto de entrar a éstas.  Quizás, muchos otros vienen en camino.  Por allí hay alguien que dice que son millones.  Desde mi perspectiva no se necesitan millones de azules.  Se requiere la cantidad exacta, con los dones correctos y un espíritu inclaudicable de cumplimento de la misión.  ¿Se convertirá toda la humanidad, dentro de algunas décadas o centurias, en azules?  No, no creo.

Los azules pertenecen al mundo de las verdades universales.  Es decir, que no están atados a las verdades localistas y sectarias.  Son como el aire; de alguna manera están en todas partes, ayudan a todos y toda la humanidad se beneficia de ellos / ellas.  También son como el aire, al que no se le puede ubicar con exactitud, aunque se siente y se conoce que está allí.  Y se conoce que a todos beneficia.  Los azules son creyentes, no importa la congregación a la que estén afiliados o al templo que asistan. Sus creencias acerca de la existencia de un ser supremo, inmensamente amoroso, nombrado Dios, son firmes e inmutables.  Estas creencias son la base que sustenta la espiritualidad de cada azul.  Son criaturas humanas conectadas con Dios, en sus pensamientos y en sus accionares.  Además de esta exquisita conexión con Dios, los azules están conectados entre ellos. Tal vez, no se conozcan físicamente.  Pero saben y comprenden que no pueden actuar solos; que ellos existen porque pertenecen a una estructura superior.  Que pertenecen a grupos de trabajo con propósitos bien establecidos; ayudar a la humanidad.  Los azules no están solos ni actúan aisladamente.  Operan, al menos, en grupos de dos.  Estos grupos no son definidos por el azar.

Para ellos, las diferencias culturales, raciales, sociales, económicas y de otro tipo son irrelevantes.  Lo significativo para ellos es que la humanidad se beneficie de sus desempeños.  Hay azules en casi todas las culturas, países y regiones del planeta.  Para ellos los bienes materiales no cuentan; tampoco cuenta el tiempo ni el espacio.  Lo que verdaderamente cuenta es el amor.  La estirpe azul es estirpe de amor.  Por eso, el que vivan en la pobreza o en la riqueza son simplemente fenómenos temporales irrelevantes.  Si sus familias no tienen suficiente dinero, por ejemplo, para proporcionarles la educación que deben recibir, siempre habrá algo o alguien que resolverá.  Los azules no pueden malgastar sus vidas tratando de hacer dinero; alguien resolverá por ellos.  El tiempo tiene que ser empleado en educarse al más alto nivel, en prepararse para el desempeño exitoso, en mantener permanente contacto con su estirpe y con la humanidad, y en resolver con imaginación.  Por los dones que reciben, en términos generales, los azules deben ser excelentes en los idiomas, en los estudios acerca de la vida y su preservación, en las investigaciones prácticas para la conservación de la naturaleza y sus recursos, en la construcción de herramientas, máquinas y tecnologías inimaginables, en el manejo y utilización exitosa de programas, en los estudios del universo, en la lucha constante para derrotar y destruir la maldad en todas sus manifestaciones.  También son personas felices, llenas de paz y amor.  Pero, para potenciar esta paz y este amor, en sus familias, vecindarios y centros educativos se requiere de entornos también llenos de paz, amor y felicidad.

No hay evidencias que los niños y jóvenes azules sean el resultado de proyectos o experimentos de reingeniería genética, tal cual la conocemos hoy día.  Pareciera inadmisible, por otro lado, que sean el producto de eventos directos de clonación.  Si no son arquitectónicamente diseñados por las manos de los científicos; entonces, nos encontramos, como históricamente ha sido, frente a un problema o situación sobre el cual hay que trabajar, inferir y reflexionar.  En el estudio sobre las raíces u orígenes de los jóvenes azules hay avances y retrocesos, discrepancia y controversia.  En un extremo están los que simplemente niegan la existencia de ellos.  Repiten y repiten que tal gente azul no existe.  Los más audaces, del otro extremo, se atreven a compartir que los niños y jóvenes azules son seres humanos / personas entregadas por Dios a la humanidad, como obsequios para que ayuden a solucionar los problemas que en el presente conducen a la eventual extinción de ésta.  Para los incrédulos o poco creyentes este tipo de aseveración, más que una falsedad, es una aberración científica.  No obstante, para los creyentes, aceptar y reconocer que Dios ha favorecido y está favoreciendo a la humanidad dándole tan magnificente estirpe humana, hace que vean el tiempo actual como uno para alegrarse y regocijarse.  Regocíjese usted también.  Regocijémonos todos.  He querido mostrar un escrito esperanzador.  Abundan los escritos apocalípticos, cargados de anuncios de caos, incertidumbre y desesperación.  La estirpe azul no es nada de esto.  Es una estirpe de amor, es un obsequio de Dios para cada uno de nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario